jueves, 7 de mayo de 2015

Viscoso Reverso / Muestra en conjunto con Mario Scorzelli y Andrés Brück








Viscoso Reverso
Muestra en Jardin Oculto 
2011
Pretéritos y vigencias del dibujo en la obra de Cotelito
TXT Andrés Aizicovich
En el glosario de un artista jóven, hay palabras que parecen haber pasado de moda; imaginación
es una de ellas. Injustamente bastardeada, exiliada del léxico del círculo de creadores y críticos,
merece ser reivindicada. Me gusta usarla, su cursilería tiene algo provocativo; es un término
que probablemente aplicaría una tía abuela para destacar la virtud de una obra de arte. La
imaginación como un valor fue sepultada tras los desvaríos del movimiento surrealista y la
irrupción de la abstracción, que reclamaba, no sin justicia, por la autonomía del lenguaje; desde
entonces quedó latente, agazapada.
Cotelito es una suerte de artista contestatario: si de chico le hubieran regalado una guitarra, hoy
escribiría canciones de protesta. Jugando con los géneros del arte popular y de un costumbrismo
fantasioso, sus nuevos dibujos se pueblan ahora de situaciones más sórdidas, marginales,
corriendo el foco hacia lo espeso, lo oscuro, lo retorcido, como un viscoso reverso de su
producción anterior.
Puede resultar tentador pensar a este dibujante de noble hidalguía en una quijotesca gesta por
contrarrestar los yeites y operaciones del arte más actual. Sin embargo, no hay en Cotelito
una voluntad manifiesta de ir a contrapelo de las últimas tendencias, ni parece preocupado en
hacer proselitismo o embanderarse en defensa del dibujo en contraposición a otra cosa.; Hablar
de su obra en términos de anacronismo sería resultado de una lectura demasiado darwinista,
un historicismo lineal heredero de la modernidad que pretende imponer a los quiebres y
movimientos del arte un sentido evolutivo. El adjetivo que mejor se ajusta a etse dibujante no
es, por tanto, la anacronía sino la atemporalidad.
Huellas en la nieve, aliento en una ventana, rastros de vapor dejados por un avion surcando el
cielo, lineas dejadas por un dedo en la arena húmeda. Literalmente dibujamos dentro y sobre el
mundo material. Dibujar es parte de lo que significa ser humano. Seria ridículo querer extender
este vínculo a otros medios artísticos, pero de alguna manera al aplicarlo al dibujo, la idea se
hace aceptable.
Para Cotelito, el dibujar no es una postura sino un gesto primario, no tan distante a lo que
significaba para nuestros antepasados homínidos durante el amanecer de nuestra especie; una
forma de conjuro que intermedia entre este y otros mundos posibles.



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